Colección Canon


¡ZAZ! A la cama de papá y mamá
A la mayoría de los niños les gusta dormir en la cama grande y, muchas veces, resulta difícil modificar este hábito. La situación es común a casi todos los niños pequeños.
En esta historia, con la ayuda de un pícaro oso celeste, Morena logrará  abandonar la costumbre de pasarse a la cama de sus padres y aprenderá a dormir en su camita.
Los niños suelen identificarse con los personajes de los cuentos. En este caso toda la historia tiende a facilitar esta identificación pues transcurre hoy y aquí. Así como Morena, muchos de los niños sentirán que pueden superar  esta conducta con la ayuda de algún muñeco (objeto transicional)  que les brinde  seguridad en esta difícil tarea de dejar de ser absolutamente dependientes de los padres para comenzar a independizarse.
Como padres debemos facilitar este camino, ser permisivos en esto, lejos de hacerles un bien, los confunde y los frena en su desarrollo.
Educar es poner límites y estos deben ser claros, firmes y seguros.


Miedos, mieditos y miedotes
Sofía, el personaje de este cuento, está atravesando  por una etapa de miedos. Alrededor de los 4 años es frecuente que los niños sientan miedos, el más común es el miedo a la oscuridad. Al crecer los chicos comienzan a independizarse, a separarse de los padres, y es en este proceso de autonomía que aparecen temores.  Sofía también nos muestra que aún no logra separar bien la realidad de la fantasía: Habla y juega con sus amigos imaginarios, cree que hay bichos en el piso, ve al inodoro convertido en ogro y se siente en situación de peligro.
   En miedos, mieditos y miedotes, la resolución se da a través de un duende que hace desaparecer los miedos, da seguridad y  está dispuesto a seguir visitando a otros niños.
   Esta historia, como todas las de esta colección, tiende a ser una herramienta tanto para los niños como para sus padres. Para estos últimos, saber que esto es común y parte del desarrollo ayuda a tener con ellos una actitud comprensiva y contenedora.

Adiós a mi mamadera
Dejar la mamadera, decirle adiós, es otro gran paso que deben dar los niños en esta difícil tarea de crecer.  A veces son los mismos padres los que prolongan su uso por diferentes causas, por resultar más cómoda que la taza o por asegurarse la ingesta de leche.
    En esta historia, Manuel, su protagonista, encuentra la  motivación  de abandonarla en la propuesta de su maestra de llevarla al jardín para que forme parte del museo de mamaderas de la sala.
    Todo cambio provoca inseguridad y resistencias. Los niños tienen que ser invitados a dejar hábitos correspondientes a etapas anteriores. Prolongar el uso de la mamadera puede traerle inconvenientes en su desarrollo tanto físico como psíquico. Abandonarla, en cambio,  favorece  el camino hacia la independencia, la madurez de su aparato psíquico, su conexión con el mundo exterior, el lenguaje,  evita trastornos de dentición y de alimentación.

Ha llegado mi hermanito
Así como Tomás, muchos chicos reciben la noticia de que van a tener un  hermano, y poco saben qué significará esto en la dinámica familiar. La llegada de un bebé es sin duda toda una revolución.
    El personaje de este cuento experimenta, como cualquier chico en esta situación, sentimientos ambivalentes (amor-odio) hacia aquel nuevo miembro que, siendo tan chiquito, logra modificar todo tanto. Experimenta celos (estado afectivo caracterizado por el miedo a perder o ver reducido el cariño de alguien querido, en este caso: la madre).
    Es importante hablar todo aquello que está ocurriendo a nivel familiar, hacer partícipe al niño de todos los preparativos previos al nacimiento, comentarle cómo va a ser la llegada, dónde va a ir él, qué va a pasar con la madre y su internación. Contarle cómo serán  los primeros días con el bebé en la casa. Los padres deben saber que el hijo mayor verá, en un principio, como un rival al bebé. Comprenderlo y poner en palabras sus sentimientos es el mejor camino.

Experto en caprichos
¿Quién no se ha enfrentado con estos típicos berrinches, pataletas y caprichos de los niños pequeños?
Matías, el personaje de este cuento, se encuentra en plena etapa de oposición, todo quiere hacerlo él solo y a su manera. Se enfrenta a constantes “NO” y esto lo pone mal, quiere manejar más libertad  de la que está maduro para manejar. 
Sus caprichos son descargas emocionales,  de todos los “NO” que recibe a diario  y es  el momento adecuado para brindarles límites firmes.
El niño que, como Matías, reconoce que aunque patalee, grite o llore, no consigue su objetivo, pronto dejará esta conducta. De manera contraria, mientras el capricho le permita adquirir aquello que pretende, continuará con esta modalidad que incomoda mucho a los adultos y que a veces, por vergüenza o cansancio, reforzamos sin darnos cuenta.
Una casa nueva
 Una mudanza es siempre una experiencia estresante, más aún para los chicos que pueden no entender los motivos, ni participan en las decisiones. La familiaridad de lo conocido, el espacio, la casa, son siempre contendores, la sola idea de perderlo causa inseguridad.
            En el cuento “una casa nueva” Delfina al no estar informada de lo que esta ocurriendo, se angustia.  Ella intenta comprender la situación con sus conocimientos previos y llega así a conclusiones erróneas que aumentan  su inseguridad .Pensando, por ejemplo, que el camión de la mudanza es un camión de basura  teme perder  todas sus pertenencias.
            Hablar con los hijos con claridad evita en ellos fantasías angustiantes y les brinda la posibilidad de ir formulando preguntas que los ayudan a transitar mejor este momento.

Hoy, al nido de papá
Es importante comprender que el divorcio o la separación en sí mismo no lleva necesariamente a problemas psicológicos del hijo. No existe “una enfermedad de hijos de padres separados”.
A veces los niños están en mejores condiciones en un hogar de padres separados que en un hogar desdichado con ambos padres presentes.
             Es necesario hablar  con claridad con los hijos acerca de cual es la situación de la pareja.
Aclarar que ellos no son responsables de esta decisión  y que esto no afecta el amor que sienten hacia ellos. Dejar en claro que la relación padres-hijos será para siempre.
En este cuento, protagonizado por pajaritos,  se ve como la familia, luego de la separación, logra recobrar la armonía y  la estabilidad emocional comprendiendo todos la  situación  planteada.

Lautaro, sí. Cuatro ojos, ¡no!
Las burlas y bromas son bastantes comunes entre los chicos y, a veces, son de mucha crueldad. Al gordo, al flaco, al de nariz grande,  los chicos suelen poner apodos y estos por lo general duelen.
En este cuento vemos cómo vive Lautaro, que usa anteojos, las burlas de sus compañeros. Por lo general, subyacen a las burlas la incomprensión y la intolerancia a lo diferente. Buena es la ocasión para explicarles acerca del respeto y la tolerancia.
Lejos de intentar cambiar el entorno, pensemos que cuando un niño es valorado y querido en su casa tiene una alta autoestima que le permitirá elaborar las reacciones que  los apodos puedan causarle encontrando estrategias para enfrentarlos.
Estas estrategias le dan autoridad y reducen los sentimientos de impotencia. Quien logra aprender esto desde chico estará más preparado para enfrentar desafíos sociales más significativos y conflictivos en sus años de pre-adolescente y adolescente.
Este cuento es válido para cualquier otra situación de discriminación.


Mordidas entre amigos

Agustín, el protagonista de este cuento, tiene sólo 2 años y va al jardín maternal. Entre todas sus experiencias cuenta con una no muy agradable: la marca de la mordida de un amigo en su cara.
En el desarrollo normal los niños suelen pasar por la etapa de morder, por lo general se da entre el año y los tres.  Las mordidas suelen ser una forma de comunicarse frente a un lenguaje poco desarrollado aún. Los niños pequeños, actúan por impulso, carecen de autodominio y no saben que esto provoca dolor ajeno.
En este cuento vemos como Manuel muerde a Agustín porque él también quiere llevarse un juguete a su casa. A esta edad, compartir resulta una tarea muy difícil, cada chico pasa por una etapa de egocentrismo y tienen un fuerte sentido de la posesión: todo es mío.
Como adultos tenemos que comprender que esto pasará y que nuestro hijo puede ser tanto el mordido como el que muerde.

Prefiero mi compu
La tecnología es sin dudas fascinante, nos ha invadido de  manera abrupta y comienzan a aparecer “adictos” a la computadora. Cuando el uso de la computadora trae aparejado un aislamiento social es hora de tomar riendas en el asunto.
Esto le comienza a ocurrir a Nahuel, protagonista de este cuento donde se ponen de manifiesto sus miedos, temores y dificultades en relación a los otros y a los juegos compartidos. Juegos comunes y esperables para su edad.
Es difícil, como padres, darnos cuenta de que esto está ocurriendo con nuestros hijos.
Este cuento intenta que los niños que se encuentren en una situación similar logren descubrir la cantidad de juegos y vínculos que se dejan de lado. También procura orientar a los padres y señalar la importancia de limitar la conducta de sus hijos en este sentido, fomentando otro tipo de actividades que impliquen relaciones sociales.

Hija del corazón
Este cuento apunta a conocer cómo se forman familias diferentes. No  va dirigida exclusivamente a hijos adoptados sino a todos los chicos.   
La adopción es otro modo  de formar una familia. La paternidad no se hereda, se ejerce.
La adopción debe ser vivida siempre con la verdad, desde el comienzo, no debe ser nunca un secreto a develar. El niño debe conocer su historia desde siempre tal como fue vivida. Hay que hablar delante del hijo, contarle cuentos como este, que conozca su historia y la felicidad que su llegada ocasionó en la familia.
Por el contrario, mantener un secreto de tamaña dimensión, produce un efecto contrario. El niño percibe que hay algo “no dicho” algo de lo que no se puede hablar y esto obstruye la posibilidad de preguntar y de aprender en el niño.

Comienzo primer grado
¿Quién no recuerda su primer día de clases? Esta es una vivencia que queda marcada en nuestra memoria.
Zoe, la protagonista de este cuento, pasa por esta inolvidable experiencia. En el texto se intenta traslucir todos aquellos sentimientos que un cambio de esta naturaleza despierta en los chicos. Siempre cuesta dejar aquello conocido que nos hace sentir seguros.
El ingreso a la escuela pone en juego sentimientos de inseguridad, ansiedades, temores y dudas.
Este cuento apunta a que los chicos se identifiquen con el personaje y sepan de antemano qué pueden llegar a sentir y cómo se supera esta experiencia. Poco a poco, y como un proceso, los chicos se van a adaptando a un nuevo lugar hasta lograr apropiarse y sentirse parte del mismo.