sábado, 7 de agosto de 2010

El dibujo infantil

Los niños, como es lógico, dibujan como niños; pero también la mayoría de los adultos dibuja como niños.
El progreso en el dibujo parece detenerse inexplicablemente a una edad temprana. ¿Será que para los adultos todo lo que no sea un realismo perfecto tiende a considerarse como un fallo?
Los niños manejan una desenfadada libertad a la hora de dibujar. Desde los primeros garabatos que mágicamente aparecen sobre el papel o las paredes alrededor del año, al garabato controlado principalmente circular, al primer cabezón representando a una persona. Los chicos disfrutan dibujando, se expresan, transmiten sentimientos, intenciones, se comunican.
Dejemos que disfruten, no los “esquematicemos”, permitamos que jueguen con los colores, con sus perspectivas, las proporciones, tamaño, en definitiva, con su imaginación.
Muchas veces los adultos tomamos como objetivo enseñarles a dibujar y sin darnos cuenta no hacemos más que anular esta creatividad y hacer que todos dibujen la misma casita pintada de la misma manera.
Sí debemos estimular el dibujo, brindarles distintos materiales, soportes y herramientas para que sigan comunicándose a la vez que experimentan, manipulan y aprenden.

Ideas:
Materiales: témperas, acuarelas, tizas (se pueden freír por corto tiempo en una sartén con aceite y quedarán como pasteles), cola vinílica, sombras cosméticas, tintas…
Herramientas: brochas de afeitar, pinceles, hisopos, esponjas, lápices, biromes, marcadores (gruesos antes de los 3 años, finos más adelante)…
Soportes: Papeles de todo tipo (blanco, madera, de diario, celofán, crep, servilletas de papel …) lijas, radiografías, cartones, etc.